Basado en una de las sagas de videojuegos más largas (por pesadas) de todos los tiempos, es una historia más post-apocalíptica que remarca la diferencia entre ricos y pobres en el caso de una hecatombe mundial (recordemos 2012, la película que mostraba cómo se iba a destruir el mundo en el 2012 que creo fue algo que se daba por hecho según los mayas, o los aztecas o quien fuere, pero que afortunadamente nunca pasó). Aquí cambiamos los desastres naturales por el bombazo atómico (eso da un poco de yu-yu dada la situación actual). Pero por lo demás, a pesar de las inmejorables críticas y del éxito innegable… a mí me ha gustado poco o nada. Me ha resultado pesada, con poca trama narrativa que se podría haber resumido en dos capítulos (la primera temporada tiene 8) y plasmando un recurso que a mí personalmente me irrita bastante: la estética vintage en tramas futuristas. Aquí además se nos sumerge en los años 50 no sólo en la estética sino también en la música, muy buena por cierto pero que a mi parecer aquí pega menos que la gacheta. Está línea de diseño también nos la encontramos en Rebel Moon de Netflix (queda para otra review).

Y luego tenemos los personajes de la serie, interesantes: un Necrófago sin escrúpulos cuya falta de napia he de reconocer que es un poco creepy, una heroína que parece un poco naive pero que los tiene bien puestos y un wannabe de buen corazón. Vamos, todo un dechado de originalidad. Los que habéis jugado el videojuego pues ya sabéis a que me refiero.

Desde el punto de vista técnico es una serie bien hecha, donde se nota que se han gastado buenos dólares pero nada espectacular a mi parecer. El vuelo del caballero Titus es tipo Superlópez, ahí lo dejo.

No quiero decir con esto que no valga la pena verla. Por supuesto que sí, pero tantas espectativas han puesto en la serie, tanto bombardeo publicitario antes del estreno, etc. que a mi me ha decepcionado bastante, sobre todo porque me he aburrido viéndola y me ha costado acabarla.